Con talento, carácter y coraje, la Roja juvenil recordó que aún hay futuro en nuestro fútbol.
La reciente clasificación de la Selección Chilena Sub 17 al Mundial de Qatar 2025 no solo fue una victoria deportiva: fue una señal de vida para el futuro del fútbol chileno. En un contexto marcado por la desilusión con la generación adulta, esta camada de adolescentes logró algo más valioso que un cupo mundialista: encendió la esperanza de un país.
Futuro fútbol chileno: la nueva camada que ilusiona a todos
La generación dirigida por Sebastián Miranda no era favorita. Sin embargo, supo sobreponerse a la presión, a las dudas y al desgaste de un torneo competitivo. La victoria ante Argentina, la goleada a Perú y el agónico penal frente a Paraguay forman parte de una narrativa heroica que conecta con el hincha.
Jugadores como Alonso Olguín, capitán y goleador desde el punto penal; Amaro Pérez, veloz y desequilibrante; y Vicente Villegas, arquero seguro bajo los tres palos, han comenzado a escribir su nombre en la memoria colectiva.
No se trata solo de resultados. Se trata de actitud. De una identidad que parecía perdida y que estos jóvenes están reconstruyendo paso a paso.
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El camino de la Roja Sub 17 desde la derrota al renacer
Chile comenzó su participación en el Sudamericano con una derrota ante Colombia. Pero ese tropiezo fue el punto de inflexión. En vez de derrumbarse, el equipo se fortaleció. Superó a Argentina en un partido intenso, aplastó a Perú y aguantó el vendaval paraguayo con orden y coraje.
El gol del penal en la última jugada no fue solo un gol. Fue un símbolo: de resistencia, de fe, de carácter. Como dijo La Tercera, “lo que no han hecho los adultos, lo lograron los adolescentes”. Y ese mensaje cala profundo.
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Por qué este grupo puede cambiar el futuro del fútbol chileno
Con la ampliación del Mundial Sub 17 a 48 equipos y su celebración anual, el escenario para visibilizar talento se amplía. Chile tiene la oportunidad de consolidar un proyecto a largo plazo si apuesta por estas generaciones, con formación continua, competencias internacionales y seguimiento estructurado.
El futuro del fútbol chileno no puede construirse solo con recuerdos de generaciones doradas. Debe edificarse desde el presente, con estos jóvenes como cimientos. No son promesas, son realidades en desarrollo.
El camino es largo, pero hay señales claras de que esta Sub 17 puede marcar el inicio de una nueva era.