Ecuador afronta una crisis de seguridad con el aumento del narcotráfico y violencia, destacando la fuga de líder criminal ‘Fito’
La situación en Ecuador se ha tornado crítica, marcando un punto de inflexión en la historia del país. En 2016, Ecuador era reconocido como uno de los estados más seguros de América Latina, pero en 2023, la realidad es drásticamente diferente. La creciente crisis de seguridad, exacerbada por el narcotráfico y la violencia, ha llevado al Estado ecuatoriano al borde de una crisis existencial.
De la Seguridad a la Crisis
La transición de Ecuador de un remanso de seguridad a un epicentro de violencia se debe, en gran medida, a dos factores críticos: la crisis carcelaria y el auge del narcotráfico. El reciente escape de Adolfo Macías, alias “Fito”, líder de la banda criminal Los Choneros, desde una cárcel en Guayaquil, pone de relieve la fragilidad del sistema penitenciario ecuatoriano. Este hecho no es aislado, sino un reflejo de una tendencia alarmante que ha visto a cientos de convictos asesinados en prisiones entre 2021 y 2022.
El Papel de Ecuador en el Narcotráfico Global
La escalada de la inseguridad en Ecuador está intrínsecamente vinculada a su creciente rol como exportador de cocaína hacia Estados Unidos y Europa. El cambio en las rutas del narcotráfico ha transformado al país en una ‘autopista’ para la exportación de drogas. Este fenómeno se ha acelerado bajo las administraciones de Lenín Moreno y Guillermo Lasso, que han intentado reducir el tamaño del Estado, dejando un vacío de poder especialmente en las regiones costeras.
La Respuesta del Gobierno
Ante esta situación crítica, los partidos políticos de la oposición en Ecuador, incluyendo el correísmo, han mostrado apoyo al decreto del presidente Daniel Noboa. Este plan de acción reconoce la existencia de un conflicto armado interno, declara el estado de excepción y moviliza a las Fuerzas Armadas, identificando a varios grupos criminales como «organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes».
Desafíos Adelante
El Estado ecuatoriano enfrenta múltiples desafíos en su lucha contra el narcotráfico y la violencia. La fragmentación de los grupos criminales y su financiación externa, principalmente de México, complica aún más la situación. Además, la crisis carcelaria y el riesgo de violaciones de derechos humanos durante las operaciones militares y policiales plantean serias preocupaciones.